9 octubre, 2024

En el mundo del cómic hay una serie de clásicos que deberían ser de lectura obligada para todos los aficionados. Uno de estos clásicos imperecederos es sin lugar a dudas La Cosa del Pantano de Alan Moore. ECC Cómics, en su línea Black Label, publica La Cosa del Pantano: La saga completa que recopila en un abultado integral The Saga of the Swamp Thing núms. del 20 al 64 USA y Swamp Thing Annual núm. 2 USA. Todo el material de la recopilación con guiones de Alan Moore. Nada más y nada menos que 1168 páginas de lectura.

Alan Moore era un guionista con cierto recorrido en Inglaterra debido a obras como Capitán Britania, Miracleman o V de Vendetta, sin embargo es debido a esta serie, de la que se hizo cargo en 1984, cuando comienza a ser conocido en el mercado norteamericano. La Cosa del Pantano pasaba sin pena ni gloria dentro del Mundo DC. Aquello le fue útil para modificar el modo de ver a este monstruo, estableciendo la encarnación definitiva del personaje, dicha que ha llegado a nuestros propios días y que inclusive hemos observado plasmada en la serie de televisión. Su acercamiento al terror, de una forma jamás vista en el cómic, y la multitud de ideas, conceptos y recursos que desplegó en esta serie han ejercido una enorme predominación sobre las futuras generaciones de escritores.

El primer paso es modificar plenamente al personaje, que deja de ser un hombre (Alec Holland) en el cuerpo de un monstruo para transformarse en un ser elemental con la personalidad y recuerdos del ser humano que antes ha sido. Por el momento no es una planta que se considera un hombre, con Moore, La Cosa del Pantano crece como personaje convirtiéndose en algo más. En el avatar del Verde. Todo lo mencionado podemos verlo en el segundo cómic que tiene el volumen “La lección de Anatomía”. Una pequeña obra maestra que nos muestra como ofrecer la vuelta como un calcetín a un personaje para elevarlo a sus cotas más altas.

Desde aquí, el bardo de Northampton nos muestra una historia llena de nuevos conceptos e ideas que van más allá de lo que habíamos observado hasta ahora en un cómic. En el encabezado de muchas de las portadas de los cómics originales se puede leer el siguiente epígrafe “Sophisticated suspense”. El autor desea dar algo nuevo, algo sofisticado y maduro que atraiga a un público nuevo. Para eso no duda en abordar la serie desde una visión ecologista y feminista, que, si bien es algo que ahora puede no llamar la atención, en los ochenta se presentaba como algo plenamente nuevo. Moore nos muestra las secuelas de los vertidos tóxicos o de los abusos empresariales a medida que disecciona la sociedad norteamericana desde la perspectiva de un inglés, ofrendando unas ideas y planteamientos nuevos y brillantes en cada número. Pero todo eso sin olvidar que estamos frente a un cómic de terror, de tal forma que la presencia de vampiros, magos, fantasmas, demonios o monstruos (humanos o no) está a la orden del día.

Y lo hace sin olvidar que su criatura forma parte de un cosmos compartido. Por esa razón era esperable la visita de nuestro protagonista a Gotham, donde conoce a cierto hombre murciélago. Moore inclusive se vale de una de las cosas que más incomodan a los autores que anhelan contar su propia historia. El enorme acontecimiento Crisis en Tierras Infinitas, que abarcó la integridad del Mundo DC, sirve a Moore para montarse su propias “Crisis Mágicas” en el arco argumental American Gothic, donde surge la plana más grande del apartado sobrenatural de la editorial y lo más relevante, se nos muestra a John Constantine. El cínico mago inglés, con su aspecto captada prestada de Sting, ha destruido siendo uno de los pilares del cosmos mágico de DC Cómics y una de aquellas innovaciones de Moore que han perdurado en el tiempo.

Sin embargo pese a todo, La Cosa del Pantano no es más que una historia de amor en la que un personaje que pierde su identidad, sin un alma que lo guíe, finaliza encontrando el amor verdadero y consigue reafirmarse otra vez debido a él por lo cual va a hacer cualquier cosa para protegerlo. Abigail Arcane es tan protagonista de esta historia como el monstruo y es debido a su criterio femenino como vamos a ver la interacción entre ambos personajes de una forma más completa y emocional. Todo un acierto de Moore en el momento de plasmar un personaje femenino y alejarlo del cliché de “la novia del protagonista”.

Y si hasta aquí hemos glosado las muchas cosas buenas que tiene La Cosa del Pantano: La saga completa, vamos a detenernos ahora en las menos positivas. Ya hemos hablado que la historia muestra un torrente de ideas que también se muestran de una forma nueva y original. El problema es que, con el paso de los números, la vertiente psicodélica y lisérgica que Moore da a sus guiones va teniendo más y más peso. La última parte del volumen es un buen ejemplo, presentando unas historias que cuestan bastante más de comprender, pareciendo inclusive que el autor se ha metido un buen viaje de acido al escribirlo. Esto no tiene que ser negativo por si mismo, es algo que el lector debería considerar, nada más.

Un apartado gráfico a la altura

Alan Moore es sin lugar a dudas uno de los grandes genios de la historia del cómic, pero no hace él solo sus trabajos. En La Cosa del Pantano contó con el apoyo en el apartado gráfico de diversos artistas de renombre que lograron plasmar su perspectiva en viñetas de una manera impresionante, algo que teniendo presente el caudal creativo del guionista no era justamente simple. El grado de creatividad de los dibujantes a la hora de dar soluciones gráficas correctas y sensacionales para ofrecer vida a las locas ideas de Moore es simplemente magnífico. Entre otros hay nombres tan míticos como los de Stephen Bissette, John Totleben, Stan Woch, Rick Veitch o Alfredo Alcalá. Lo mejor de todo y una de las cosas que más llaman la atención en el dibujo, es que, a pesar de la diversidad de nombres implicado, la obra consigue tener una coherencia visual que resultaría imposible de conseguir en la actualidad, y esto siempre es algo de agradecer.

Para terminar, hay que abordar el tema del polémico asunto del formato escogido por ECC para divulgar esta obra. Estamos frente a un libro bastante abultado, lo principal para contener toda la saga completa de Alan Moore al frente de la recolección. Esto puede enojar a algunos lectores debido a que no es claramente práctico de manejar por su peso. A cambio, es todo un placer tener la obra completa en un solo libro y poder leerla del tirón. También se debe comentar que la versión esta jibarizada o sea, tiene un tamaño un poco más diminuto del que tiene la versión original o los cómics que se publican comúnmente. Queda claro que en otros términos un pequeño punto negativo, debido a que a todos nos agradaría poder gozar de esta enorme obra en su tamaño original, pero a cambio tenemos un precio un poco más contenido (75 euros) del que tendría de otra forma.

En resumen, solo puedo recomendar la compra de este volumen, un cómic apasionante que te atrapa con su lectura demostrando que las historias de terror pueden ser sofisticadas y adultas. Alan Moore rompió moldes y redactó una de las obras más influyentes del medio que sigue plenamente vigente a pesar del tiempo trascurrido desde su publicación.

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