Razones por Las que Deberías Comer La Merienda Todos Los Días
Puede parecer contradictorio, sin embargo si su objetivo es perder o mantener el control del peso de forma sustentable, saltarse las comidas no lo llevará bastante lejos. Muchas personas creen de forma errónea que al saltarse las comidas, ahorrarán calorías y perderán más peso, y las comidas que la gente salta primero son el desayuno y la merienda.
No obstante, saltarse las comidas puede inhibir la pérdida de peso e inclusive ocasionar un aumento del mismo con el tiempo. Comprendemos que el desayuno es la comida de mayor importancia del día, pero la comida de la tarde, que siempre se pasa por alto, el «bocadillo» además es una sección fundamental de la ecuación.
Por cierto, esta comida ligera entre el desayuno y la cena es clave para un control de peso sostenido, y omitirla puede hacer tropezar y hacer más mal que bien. Estos son los motivos por los que definitivamente no querrás saltarte tu refrigerio diario:
Ayuda a compensar el hambre en la cena
Una de las razones por las que la merienda se salta tan comúnmente es ya que la gente desea guardar sus calorías para la cena; no quieren estropear su antojo. No obstante, esta es una manera defectuosa de hacerlo, debido a que puede ser contraproducente de forma fácil y hacer que comas en exceso en la cena. La cosa es que la cena es el problema en sí mismo.
No solo es la peor comida para comer en exceso, sino que además es el peor momento del día para comer en exceso. La cena suele ser la comida más calórica del día; es cuando la gente tiende a comer más, pues las comidas típicas de la cena son más pesadas.
La cena además suele ser una comida más pausada y relajada, lo que fomenta a comer y comer en exceso. Además, la hora de la cena —por la noche, antes de acostarse— no es la más adecuada para dicho consumo.
Esto se debería a que por la noche eres menos activo y, por consiguiente, es menos posible que quemes las calorías consumidas. Sin embargo, antes de la cena es cuando es más factible que los quemes por medio de la actividad.
Sacarle el antojo en el momento de la cena tomando un bocadillo por la tarde que combine fibra y proteína le ayudará a mantener su cena ligera y magra, y le ayudará a evadir el exceso de bocadillos luego de la cena también.
Es una opción para saciar su cantidad esperada de fibra por día
Su objetivo es un mínimo de 35 gramos de fibra por día. La merienda es la oportunidad perfecta para hacer grandes adelantos para conseguir (o superar) dicha meta diaria de fibra. Desde luego, conseguir un punto de referencia de fibra cuantificable no se trata solo de gloria.
Un óptimo refrigerio tiene alrededor de 200-250 calorías y se basa en fibra y proteína, por lo menos 5 gramos de cada uno. La fibra y la proteína son nutrientes que nos llenan con la menor cantidad de calorías. Cuanto más lleno se sienta luego de una comida, menos probabilidades va a tener de comer en exceso en la siguiente comida; y, por consiguiente, más probabilidades va a tener de perder peso.
Oye, si estás lo suficientemente lleno con el refrigerio de la tarde, es posible que ni siquiera necesites una cena tan grande, y si has alcanzado tu meta de por lo menos 35 gramos de fibra por día, ¡está bien!
La merienda puede mejorar el entrenamiento por la tarde
Si aspira hacer ejercicio con el estómago vacío, es posible que se sienta bastante fatigado y se salte el ejercicio por completo. Unas horas luego de comer, los niveles de azúcar en la sangre empiezan a bajar, lo que provoca que sienta antojo y ocupe un estímulo para pasar el resto del día.
Comer un refrigerio sensato le proporcionará el combustible necesario para ir al gimnasio y seguir con su día de manera positiva.
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